viernes, 22 de enero de 2010

Fui al centro de Acopio

El pasado sábado 16 de enero, deje de lado el trabajo y fui a ver en qué podía ayudar en la Cruz Roja para colaborar con la operación de apoyo a los afectados por el sismo de Haití. Después de platicar un rato con los responsables, no había muchas opciones, así que me decidí por ayudar en el centro de acopio.
Empecé con la reubicación de algunas tarimas que obstaculizaban el paso y más o menos permitir el paso, ya que como no habían llegado los tráileres, todo lo que se había recibido ya estaba llenando los pocos espacio libres. Afortunadamente empezaron a llegar. Así que a llenarlos.
La mayor parte de la carga se mueve con el montacargas, y al final se rellena el espacio con material liviano como pañales, papel sanitario, etc. El cargamento principal en este caso fue de agua y granos.
Es muy interesante vivir las ganas de ayudar de tanta y tan diversa gente, había voluntarios regulares de CR (TUMS, Juventinos, Damas Voluntarias), Scouts, chavos de las prepas del DF, de la Universidad Anáhuac, Religiosos, de Banamex, y muchos que no pertenecían a ninguna organización pero que estaban ayudando.
Algunos recibiendo donativos, clasificando, acomodando, empacando, armando tarimas, etiquetando, registrando voluntarios, repartiendo agua, jugos y galletas entre los ayudantes, organizando el tráfico, armando cajas, en fin, todos queriendo hacer algo. De repente era necesario pasar cosas de un lugar a otro y de la nada se armaba la cadena humana y a darle.
En la parte de los donativos, también había mucha diversidad, pero todos aguantando el caos de tráfico que se armo y formaditos para que les recibieran lo que habían comprado. Autos con familias completas y claro, los niños los más emocionados de ir a llevar algo que llegará a los haitianos tan necesitados de la ayuda. Otros más que dejaban su donativo y se quedaban un rato a apoyar en la operación del centro de acopio. Gente que llegaba caminando cargando bolsas y cajas, o quienes llegaban en carros muy lujosos; gente de traje y corbata, o de pants o de mezclilla, pero todos con la misma intención… ayudar en lo que se pueda a los necesitados.
Hasta ahora, mi participación e centros de acopio había sido como organizador de los mismos, consiguiendo suministros, transportes, y bueno, todo lo que se necesita para poder hacer que lo que gente esta donando, llegue en las mejores condiciones a los que lo requieren. Sin embargo, esta vez me olvide de eso y me sume al trabajo de los demás.
Las emociones en el momento son de contagiarse del espíritu de solidaridad de todos, el aplauso cuando se cierra la puerta del camión lleno, la risa cuando alguien de la cadena esta distraído y el bulto se le estrella en la cara, la desesperación de ver que hay un montón de cosas por cargar y nomas no llega el camión, la delicia de un trago de jugo después de acalorarse por estar pasando bultos, en fin, todas esas emociones que solo se viven estando ahí compartiendo el mismo fin con todos.
Sin embargo, después de salir del centro de acopio todo feliz y contento (pero también adolorido y cansado por la falta de practica jeje) empecé a pensar nuevamente en todo lo que había pasado, y a empezara a analizar las cosas desde el punto de vista que mi “deformación” profesional y la experiencia en temas de operaciones pasadas me ha dejado. En otro mensaje, les compartiré algunas reflexiones.
Gracias por ayudar!!!